martes, 20 de febrero de 2007

Revelación

Era septiembre. Yo estaba esperando, en el utilitario (un Polo del 95) que me había prestado Pablo, aparcado frente a la valla del jardín que rodeaba la hacienda y pretendía ignorar esa especie de ovni luminiscente que había aparcado a mi izquierda; sentía una tensión en el cuello que me hacía girar la cabeza levemente hacia la derecha, como si una repulsión magnética la mantuviese en esa posición quasivibrante. Era sólo que la luz me deslumbraba, yo sólo escuchaba música ...

De repente, un nubarrón ocultó el sol, dejando un claro por el que pasaban haces de luz al modo revelación divina. Y ya está, encontré la ocasión para soltar esa descarga inervante, mi cuello girando hacia el evento; saqué la máquina y me deleité fotografiando el momento de la Revelación de la Ley Única del Mercado.

Amarás a Mercedes como a ti mismo.




2 comentarios:

Camilo dijo...

En el fondo soy un romántico. Cada vez que veo una luz de esas pienso en San Pablo y en "luz reveladora" y pienso "¿y si ahora tuviera la revelción?". Ya sé que era una metáfora, pero me gusta soñar con ovnis, revelaciones y unicornios. Cuanto más me aferro a la realidad, más creo en los sueños.

zalakain dijo...

Lógico, la vida es sueño.