miércoles, 21 de febrero de 2007

Globalidad

Si algo ha traído el gobierno de José María Aznar a la política española es una mayor presencia de los asuntos internacionales, reflejo de la injerencia española en éstos.

Entiendo que la forma (la participación en una guerra*) es muy fea, pero el fondo es bueno, porque reubica nuestra identidad y relativiza la importancia de los asuntos llamados "nacionales".

Es evidente que las acciones de un gobierno en el ámbito internacional (a partir de aquí "global") representan al conjunto de los ciudadanos de su estado, mal que les pese a algunos de éstos: tanto los aciertos como los desmanes pasan a formar parte de la identidad estatal en el ámbito global. Dado que, afortunadamente, los gobiernos no son eternos, eligiendo otros parlamentos, obtenemos gobiernos diferentes que nos permiten menealla y enmendalla.

Una consecuencia de la forma de reubicar nuestra identidad por el gobierno anterior es la existencia de un campo de concentración en un lugar clave para la identidad española**, donde actualmente los USA violan sistemáticamente el derecho internacional. Hay que decirlo bien alto: con la colaboración del estado español.

Es bueno que nos apliquemos a limpiar la mancha, pero no podemos ignorar que eso deja huella.


* Estaba a punto de añadir la coletilla "injusta" (guerra injusta), como si hubiese guerras justas.

** vincula a toda una generación de poetas.


2 comentarios:

Camilo dijo...

Siento discrepar contigo. Antes de Jose María Aznar, en tiempos de Felipe, España jugó junto con Alemania un papel internacional muy importante; por ejemplo con la conferencia de paz de Madrid. Incluso pienso que esa fué la falta de Felipe: dar demasiada importancia a nuestra proyección internacional y dejar un poco de lado los asuntos de casa, que fueron los que le enlodaron al final. Lo que hizo Aznar fue destrozar nuestra credibilidad internacional, convirtiendo en un circo (vease el discurso de Chencho Arias ante la ONU) lo que era un ejemplo a seguir.

zalakain dijo...

Tienes razón en que España jugó un papel internacional muy importante y muy positivo. Pero me temo que no ha tenido, ni de lejos, tanta repercusión en la opinión mundial como la iniciativa de Aznar. Los acontecimientos macabros tienen un eco que ya quisiéramos para los otros.