jueves, 15 de febrero de 2007

camino

Ayer llovió todo el día. Había ido caminando, porque no quiero usar el auto y no encontraba (no encuentro, demonios...) la llave del candado de la bici. Estaba en el centro de Jean Jules, eran las 8:30 y comprobé con pasmo que no quedaban galletas. Se me erizaron los pelos, bizqueé, tembló el edificio y salí a la calle.

Este es un invierno mucho más suave que el anterior, sin comparación. El anterior nos pasamos cuatro meses ininterrumpidos bajo cero, este apenas una semana. La lluvia de ayer era llovizna por momentos, orballo a veces, una gozada limpiante, en todos los sentidos, fresca, saludable.

Caminaba, caminaba y recordaba la poema-canción de Machado-Serrat, la estrofa "caminante no hay camino, se hace camino al andar...". Caminaba y pensaba que sí hay camino: se hace el camino al andar.

Ya con las galletas en la bolsa, el espíritu era otro. Olvidé la canción, seguí caminando, de vuelta.


4 comentarios:

pensando con el corazon dijo...

Igual algún día descubres que caminar, te llena más que un paquete de galletas...

En mi caso, lo prefiero. Me encanta pasear por lugares donde no transita nadie...sentir el airecillo en la cara.. y no pensar.. sólo, eso, sentir.. Lo pruebas? (por cierto cuando camino no me entran ganas de fumar!!, por eso te lo digo)

Un beso

Sarsillo

adelle dijo...

Yo me subo al auto y escucho a Serrat, es mi favorito.
Me gustan especialmente las canciones- poemas de Miguel Hernandez.

zalakain dijo...

Yo camino mucho, y corro y bailo, siempre con música, si no estaría obeso, lo que no es el caso. No es sólo por ansiedad mi síndrome de monstruo de las galletas. Y, como no pienso dejar de moverme con la música, ni veo motivos para dejar de estar ansioso, las galletas seguirán conmigo. Si no, puede que volviese a fumar :-)

Elbereth y su silencio dijo...

Me encantan los dulces y bailar.