Acabo de volver a ver Feel like going home, un reportaje en el que, sirviéndose del viaje de Corey Harris para encontrar sus raíces africanas, Scorsese muestra, mediante sesiones espontáneas y grabaciones de archivo de John y Alan Lomax, el origen del blues.
Lo fantástico del film es la autenticidad. Es una autenticidad artística, claro: hay una búsqueda deliberada del sobrecogimiento estético en la que los actores son los personajes y actúan siendo. Tiene una enorme fuerza lírica que me produce un irrefrenable deseo de volver a creer en dios/es :-)
3 comentarios:
Nunca he creído en Dios/es. Tampoco he sentido nunca la necesidad de creer, aunque, a veces, me pregunto qué se sentirá.
Je je. En realidad, era una especie de chiste inspirado por esa pasión, esa felicidad y esa capacidad de supervivencia en condiciones extremas de los africanos "exportados" a América.
Obviamente, no tiene por qué haber una relación causal entre su felicidad, su fuerza, y su creencia en dios.
Yo no soy ateo ni creo en dios y las creencias de los demás al respecto, de los demás son.
Mi interés estaba más en la película que en dios.
Me encantó ese reprotaje porque me encantaba el folk americano (Pete Seeger cantaba rescató canciones de muchos de ellos). Sí. Creo que es un viaje al espíritu, en este caso el africano o afro-americano. Una delicia.
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