domingo, 8 de junio de 2008

heavens door

No sabemos si era de día o de noche, ni si fue Pat Garett quien realmente disparó. Probablemente, cuando sintió el percutir de la bala en la espalda abriendo las esclusas de sangre en su pulmón, el intenso dolor no le impidió hacer un repaso de los veintiún tipos, excluyendo mexicanos (Borges dixit), que en su vida se habían interpuesto en la trayectoria de sus balas. Dylan lo representa en sus últimos días cantando a la Virgen (su madre) el ruego de ocultarle las pistolas, implorando no tener que volver a matar, quizá por sentirse condenado a cruzarse con un retador más rápido. Dicen que su cadáver fue expuesto en un escaparate, tal vez como escarmiento, tal vez como escarnio, tal vez canonizándolo.

No dejes que Billy siga matando, ríndete.



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