miércoles, 11 de junio de 2008

4, España-Rusia,1

Yo tengo por vergüenza que me gusta el fútbol; peor aún: me gusta que gane España, que es lo peor que a un (español) soñador de apatrias sucederle puede.

Ayer fue el estreno español en el europeo.

Eran las cinco y cuarto, la nevera estaba vacía. Me dije que iba a comprar, que no importaba si estaba empezado el partido al volver.

Cojo la bici y enfilo hacia el Toom-Markt. Un coche mal aparcado ocupa el carril bici. Miro hacia atrás, para incorporarme a la calzada, y escucho un grito: "Manueeel".

Con la rueda en la calle, freno, giro la cabeza y veo a Abderrahim, que me saluda desde una ventana, porro en ristre; está ciego y sonríe. Resulta que vive en la misma calle, una manzana más arriba.

- ¿Vas a ver el partido?
- Sí, pero primero voy a comprar, que tengo la nevera vacía...
- Aahh... toma, para que te hagas un porro
- Oh, gracias, de verdad, pero no...
- ¿Por qué?, yo te lo doy, sin problemas ...
- Ya, gracias, no, ... es que se me pone la sinusitis a parir y no puedo, no puedo, hace ya tiempo que no, de verdad, ja ja, me hago viejo ...
- Tú mismo, yo me voy a Bornheim, a casa de unos colegas, a ver el partido
- Pues que lo disfrutes... me voy, que si no estará comenzado el partido cuando vuelva ...
- Vale; y que gane España
- Eso ... o no, a mí me da igual, lo importante es que haya muchos goles
- Es verdad, vale Manuel, nos vemos
- Vale. Taluego.

Ya de regreso, en casa, me lo tomé con calma. Eran las seis y cuarto, pensé en prender el tv; pero no: vacié lentamente las bolsas y fui acomodando las cosas en la nevera; dejé la puerta abierta, regodeándome en la contemplación del iluminado interior repleto de mandunga y, cuando me quise dar cuenta, lo que veía era el televisor y los rusos a punto de sacar de centro.

Son esas cosas que me pasan sin saber cómo, como cuando me pongo a dieta y descubro que acabo de engullir cuatro salchichas y le estoy echando azúcar al café.

El partido se veía tranquilo, los rusos iban de amigos de domingo y España había marcado; me arrellané; reprimí un incipiente vaivén del sillón. Me fue imposible reprimir el empujar al aire cuando Iniesta caracoleó, se la pasó a Villa y éste se la coló al portero ruso; me dije que ahora sí, estaba de pie.

Leo a Menotti: "Ganó España, sin alcanzar en el juego lo que alcanzó en el resultado... Resultó muy cómodo entonces para una España que no brilló. Siento que debe decidir lo que sostiene a un equipo: una idea, que la tiene. Debe convencerse de que esa idea es la mejor. La incógnita es saber si existe el compromiso de los jugadores y del entrenador por defenderla en cualquier circunstancia".

La idea, la idea. La idea era que España no existe. O no, sí, es como lo de las meigas: yo no creo en España, pero haber hayla.


Screenshot de elmundo.es

1 comentario:

Reli dijo...

No he visto el partido pero si los goles, en repetición. Pero bueno, la selección se siente Gloria! :)