miércoles, 14 de mayo de 2008

zapeo web

Un poco de zapeo web me ha permitido poner un poco de sal en la sosa dieta a que el momento me quería condenar. He empezado leyendo un post de Berlin sobre la expulsión de uno de los blogs integrados en la llamada Red Liberal (¿no es un contrasentido la expresión?). Berlin escribe bien -de vez en cuando- y está plenamente inmerso en el síndrome de Paracuellos (el de quienes quieren presentar la herencia del franquismo como la asociación de los liberadores de Eppanyia).

Su post me ha llevado a enterarme de la existencia de un rojo (en sentido protofranquista: el de los que estaban por la república como sistema de libertades) que pretende (o había pretendido) integrarse en esa asociación de liberadores. Un deseo así es perfectamente comprensible: los llamados libegales son los conservadores de toda la vida, gente que huele a dinero, esa feromona.

Entre los comentarios, el de una una libegaldora que en su blog hace un comentario solidario con el post de otro libegalcionista que se hace caca en las palabras de Juan Carlos acerca de ZP. Esas palabras aparecen publicadas en Libertad Digital, uno de los órganos de propaganda del postfranquismo. Cito de allí:

"Por primera vez en treinta años de democracia, don Juan Carlos ha dado su opinión sobre un presidente del Gobierno en activo. Lo ha hecho, además, para alabarle: cuando una periodista de El Mundo le pidió tras la entrega del Premio Cervantes que hablara de Zapatero, lo definió como un "ser humano íntegro", "muy honesto" y "que no divaga". "Él sabe muy bien hacia qué dirección va y por qué hace las cosas", añadió en unas declaraciones que suponen un espaldarazo al jefe del Ejecutivo".

Lo que más me ha divertido ha sido la lectura de los comentarios (244 en ese momento) porque revela hasta qué punto eso que en eppanyiol se conoce como política no es sino un masivo cacareo de sectarismos con dos bandos aparentemente bien diferenciados. Me divierte porque es algo que introduce más grietas en el Frente Nacional (eso que llaman pepé), que es el bando que hasta ahora había mostrado mayor solidez (herencia militar, supongo) y muestra una marea de voces indignadas porque el jefe del estado se expresa en términos positivos sobre el presidente del gobierno, porque dijo de éste que es un "ser humano íntegro", "muy honesto" y "que no divaga". ¿No es grotesco?.

Yo soy republicano, pero no es entusiasmo lo que me produce el republicanismo incipiente legible en esa fétida reacción ppoppular.

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