miércoles, 21 de mayo de 2008

¿Frankenstein o Superman, los dos o ninguno?


La creencia de que la vida es un sistema de concurrencia en el que hay que anticiparse a los demás para hacer las cosas correctamente puede llevar a tomar decisiones que luego se revelen como equivocadas. No digo que tenga que ser así, sino que las decisiones se toman esperando que el tiempo decida si lo son o no, sin dejarse llevar por los juicios timoratos, porque el tiempo apremia. Es lo que tiene el progresismo, esa creencia de que el progreso no es el simple resultado de la acción humana, sino el resultado de la lucha contra el mal.

En el reino Unido, en el marco de la investigación con células madre, ha sido aprobada la creación de embriones híbridos animal/humano (*). La motivación no es el gusto por lo frankensteiniano, sino la holgura financiera: obtener óvulos de hembras humanas parece ser mucho más costoso que obtenerlos de vacas. A los óvulos de las vacas se les vacía su propio núcleo, se les introduce el núcleo de una célula humana adulta y se los cultiva para la obtención de células madre. Está prohibido tanto dejarlos evolucionar más allá de 14 días como implantarlos en un útero humano.

Estas actividades chocan más que nada con el pensamiento religioso, que parte de la firme creencia de que el mundo ha sido hecho por Dios de una determinada manera y al hombre no le está permitido alterarla, creencia que se condensa en el mandamiento "no matarás" y que, en España, tiene actualmente su límite legal en la edad del embrión en los casos de aborto, variable según el supuesto correspondiente (12 semanas en caso de violación, 22 semanas cuando el embrión tiene graves defectos físicos y cualquier edad cuando la vida de la madre está en peligro): en esos casos se considera que no se está dando muerte a una vida humana.

En Alemania este asunto provoca reacciones específicas, diferentes de las de fuera, porque en cualquier debate sigue pesando mucho todo lo relacionado con el pasado nazi, verbigracia la eugenética o higiene racial: intento de mejorar el patrimonio genético nacional impidiendo el desarrollo de enfermedades hereditarias mediante la exclusión a la reproducción de personas enfermas (por esterilización).

Aquí hoy no sólo está prohibido crear embriones híbridos (embriones cuyo material genético ha sido modificado), sino que es delito la sola creación de embriones humanos con fines científicos.

(*) una forma impropia de hablar, si se tiene en cuenta que todo humano es un animal.

1 comentario:

adelle dijo...

Sin duda un tema complejo el que planteas, que nos toca en lo profundo de nuestras creencias y valores.
El ser humano tiene en sí lo oscuro y lo luminoso a veces uno se pregunta si la decisión de abortar, de crear hibridos proviene de lo más noble o lo más ruin? sera la desición en sí misma o el fin lo más importante y trascendente?
Finalmente llegamos a este mundo y nos vamos de él sólos, las desiciones siempre son personales y cada uno con su conciencia o con su alma