martes, 27 de marzo de 2007

amor y dieta

Uno de los principales conflictos éticos que se le plantean hoy al ser humano es, quién lo iba a decir, el de la reproducción. El planteamiento filosófico de la cuestión es ya muy antiguo; consiste en afirmar que el crecimiento de la población es mucho mayor que lo que el crecimiento de la producción de alimentos es capaz de sostener; el caso es que, a día de hoy, seguimos sin saber hasta qué punto los recursos de la tierra (alimentos y energía) son limitados o no y si el crecimiento de la población va a seguir su progresión actual. Tres temas en uno: planificación familiar, gestión energética y producción de alimentos.

La de tener hijos es una aspiración comprensible en cualquier ser humano (como respetable es la postura de algunos de no querer tenerlos). El deseo de reproducirse está, por un lado, vinculado al deseo sexual (un deseo fomentado culturalmente mediante el procedimiento del tabú) y, por otro, al deseo de perpetuarse, de no resignarse a admitir la muerte sin más. La consecuencia de este incontrolable deseo es el aumento sin freno de la población humana. El único intento de solución hasta ahora puesto en práctica es el de la represión: la esterilización y el uso del condón, a cuyo servicio está la campaña mundial de propaganda del sida. Una de las organizaciones que abiertamente hacen campaña en favor de esta opción es esta. Sería interesante saber qué consecuencias tendría sobre el comportamiento reproductivo la plena liberación del tabú sexual.

Acerca de la energía hay que decir que, para proporcionar una vida digna a los seres humanos que ya han nacido y a los que, previsiblemente, van a nacer a corto plazo, es necesaria la obtención y canalización de una mayor cantidad de energía; para conseguir que esa enorme cantidad de población que actualmente vive en la miseria deje de vivir así, no basta con evitar el despilfarro primermundista; hay que obtener más energía. Los combustibles fósiles no son una opción a largo plazo y la energía nuclear no es segura (pueden decir lo que quieran, no me lo creo). Parece que el futuro a corto plazo es el de la energía solar fotovoltaica.

En cuanto a la producción de alimentos es necesario hablar de qué, cómo y cuánto producir. El qué tiene que ver con la aparición de monocultivos que van en detrimento de la diversidad genética y de los cultivos de plantas genéticamente modificadas, de cuyo consumo aún ignoramos las consecuencias. El cómo tiene que ver con las formas no naturales de fertilización y desparasitación de las plantas, la alimentación de animales destinados a morir para producir carne comestible, las condiciones de conservación de esa carne y las formas de transportar los alimentos por el planeta. El cuánto tiene que ver con la pregunta inicial de si hay un límite al crecimiento de la producción de alimentos y tal vez enlace con la de la producción de energía:

Mientras tengamos combustibles fósiles a nuestra disposición, estamos poniendo en circulación atmosférica una cantidad creciente de CO2, lo que redunda en un aumento de la masa vegetal generable por fotosíntesis. Por otra parte, disminuir la cantidad de CO2 atmosférico es un objetivo en sí mismo, para atenuar el calentamiento global, de forma que, tal vez, el desarrollo de procedimientos fotosintéticos industriales (producción de glucosa/almidón/celulosa a partir de agua, luz y CO2) sea una de las formas futuribles de obtener energía. Más de lo mismo: energía solar.


6 comentarios:

pensando con el corazon dijo...

Muy bien pensado y analizado.


Parece claro que la energía solar es la salida a tal "descuadre"

Saludos

Sarsillo

adelle dijo...

Interesante tu planteamiento
Hace algun tiempo leí un articulo de un periodista que analizaba como un científico que predijo el desastre al año 2000 que implicaba el crecimiento de la población respecto a la producción de alimentos en el mundo, estaba errado, el calculo estaba mal hecho y eso no iba a pasar, como de hecho aún no ha ocurrido.
Respecto a la reproducción,el crecimiento de la población no es exponencial como entiendo que tú planteas, hoy en dia en gran parte del mundo se observa un decrecimiento de las tasas de natalidad, esto tiene que ver con la incorporación de la mujer al trabajo entre otras, pero vivimos más tiempo eso sí, la esperanza de vida es mayor. El control de la natalidad no tiene relación solo con la vida moderna, existe indicios de que los egipcios y otras civilizaciones aplicaban metodos para el control de la natalidad.
Creo que los metodos de barrera como el condón han sido y seguiran siendo eficaces no solo en el control de la natalidad sino especialmente en evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual y ¡que bueno que existen! pues han contribuido a evitar el SIDA

zalakain dijo...

Una de dos, Adelle, o no estás correctamente informada, o esto
que leo son cuentos inventados. No excluyo nada :-)

zalakain dijo...

La FAO es una organización de la ONU para la agricultura y la alimentación

zalakain dijo...

Lo que parece ser que sucede es que el aumento de la población no es tan intenso como hace un par de décadas, pero la población sigue aumentando y mucho: unos 80 millones de personas por año, actualmente (después de descontar las que se mueren de hambre). Hay un dato clave a relacionar con la agricultura: los dos países con mayor crecimiento de población, China e India, se están convirtiendo en potencias industriales, con una población cada vez más capaz de importar alimentos :-)

adelle dijo...

Hola Zalakain
Estoy absolutamente de acuerdo que tu información es seria y contundente, pero hace algunos años atrás se predijo el desastre (no habria alimento suficiente para la población del año 2000) y eso no pasó, las guerras, migraciones, epidemias como el SIDA en los continentes con paises más pobres, junto disminución de las tasas de natalidad y la tecnología en la producción de alimentos, dió como resultado que aún la humanidad produce suficiente alimento para no morir de hambre, pero por cierto que puede suceder.
El articulo de esta pagina lo señala lo que te comento http://www.unfpa.org/swp/1999/spanish/capitulo2e.htm