domingo, 24 de junio de 2007

fauna

Cuando llegué a Frankfurt había conejos en el parque (en el Ostpark, no sé si en otros); no muchos, se los veía de vez en cuando y echaban a correr al acercarse a ellos; su número ha ido creciendo y también su confianza: ahora se los puede fotografiar de cerca sin que se asusten notoriamente.

Proliferan tanto que ya se los ve correteando por los parterres e invadiendo los jardines de las casas; ni que decir tiene que el parque tiene zonas en las que parece un colador, tantas son las madrigueras. Esto, seguro, tiene unos límites, el primero de los cuales se llama gato. Hace unas semanas vi a uno con un conejillo en las fauces, yo iba sin cámara :-( .


Hoy he visto un cadáver de conejo junto a la acera, un cuervo completaba en él el sentido de la frase "cría cuervos...". Probablemente, el gato que andaba merodeando por allí, ingenua carita, no era ajeno a la historia.

Pues eso, lo que no pué zé no pué zé, y ademá é impozzible.