lunes, 3 de marzo de 2008

elecciones

No hago proselitismo, no es mi estilo. No voy a votar, pero no se me pasa por la cabeza pedirle a alguien que no vote; francamente -y sin ganas de ofender: me parece de mal gusto andar diciendo a los demás qué deben hacer (por más que yo mismo lo haga a veces, uno tiene sus defectos).

Haciendo zappingclick desde el blog de Maripuchi he venido a dar con mis huesos virtuales aquí.

Qué límites tan estrechos tiene la verdad y qué poco conscientes somos de ellos. Aunque, ...hm... tal vez está en lo cierto: Yo soy un marciano que no cree en los ganadores, que cree hacer política cada día sin ir a votar, que comparte objetivos -que no métodos- de la E.T.A., que no cree que el voto sea la alternativa a las armas sino -de hecho- la legitimante coartada de éstas, ...

Porque no me trago el chantaje de que estoy deslegitimado para protestar, porque no me gustan los monumentos a los caídos. Por esos y otros motivos le grito al desierto el principal de ellos:


YO NO VOTO PORQUE NO ME DA LA GANA!

...




4 comentarios:

pensando con el corazon dijo...

Yo creo que votaré.. pero no por los que ahora andan diciendo que votemos.. sino por los que un día dieron su vida para que esto fuera posible. Si algunos de ellos levantarán la cabeza, se llevarían una gran decepción.

Pero lo que me ha traido hasta aqui no son las elecciones, auqnue sí la elección de saludar a un amigote. Un abrazo

Sarsillo

Anónimo dijo...

Es una opción, pero yo sí creo que el que no vota, no se puede quejar de ciertas cosas...
;-) Besote

J. G Centeno dijo...

Desde las entrañas de Izquierda Unida, y en plena campaña electoral, le manifiesto mi respeto más absoluto por su decisión. La abstención activa, la abstención que se practica de forma reflexiva, porque se piensa que es una forma de pelear contra un sistema es legítima, por más que yo no la practique.

zalakain dijo...

Sarsillo: ole tu arte. Maripuchi: lo dicho, ese chantaje me resbala. JG: de tú, porfa; Prefiero construir a pelear; y no exluir colaboradores para montar la democracia, ese aún inexistente sistema.