lunes, 9 de julio de 2007

recurso dialéctico

Quisiera referir acerca de uno de los recursos dialécticos del hombre eppanyol

Se trata de un recurso de persuasión dialéctica cuyo esquema lógico reza: "estás siguiendo un camino retórico equivocado, cambia de dirección".

De hecho, mejor que exponer acerca de la teoría del recurso será citar un caso referido hace algunos meses por Félix de Azúa en su blog. Hallábanse discutiendo un facha y un progre y díjole el primero al segundo: "mira, será mejor que te calles, porque me estás convenciendo y te voy a dar una hostia".

Referido así, cruda y descontextualizadamente, puede dar una impresión de brutalidad. Nada más lejos de la realidad. En el ejemplo elegido por de Azúa vemos una exposición sectaria del uso del recurso dialéctico, tal vez pretendiendo poner en entredicho la capacidad argumentativa del muchacho facha.

Este recurso de persuasión viene en realidad ejercido por reacción a un impulso amoroso, que persigue la conservación de la integridad física del interlocutor. El mensaje emocional oculto tras el recurso es: "me estás obligando a hacerte daño; por favor, rectifica".

El recurso eppanyol de persuasión dialéctica tiene probablemente su raíz en los usos sociales de los poblados celtíberos. Se trata de una profunda aproximación afectiva al interlocutor, probablemente emparentada con esa forma típicamente irlandesa de enraizar la amistad que consiste en acudir dos amigos a una taberna, realizar una ingesta masiva de alguna bebida alcohólica y proceder, en reciprocidad, a una exhaustiva zurra del amigo. La intensidad de tales amistades es proporcional al número de zurras sobrevivido.

Un caso especial de esta forma de aproximación afectiva se puede apreciar todavía hoy en algunos lugares de Galicia; en este caso, el interlocutor que ha conseguido permanecer en pie, se agacha y ase el cuello del amigo, proyectando repetidamente su cabeza, a modo de maza, contra el suelo. Parece ser que los impactos de suelo y cráneo producen en el sujeto, en caso de supervivencia, una imborrable vinculación afectiva canalizada mediante las manos del amigo.