lunes, 30 de abril de 2007

fuga 4

Esta mañana me he levantado a las cinco, después de una hora despierto sobre la cama: a las cuatro me he despertado, sin saber si estaba en un espejismo o si estaba soñando que estaba despierto, y a las cinco, como digo, me he levantado.

He salido a la terraza y he querido creer que por el este aparecía un tenue foco de luz en el cielo. He sentido esa especie de hormigueo (no es hormigueo, pero no sé como llamarlo) que me produce la contemplación del cosmos y he decidido, como tantas veces, que empezaba una nueva vida para mí.

He vuelto a la sala y he escrito un ratito. Cuando la luz del día ha empezado a imponerse a la de las bombillas, las ganas de salir se han impuesto a las de escribir. He hecho la cama, he metido en la bolsa la ropa sucia, he desayunado, salido a la calle, subido al auto y puesto ruedas en dirección al pueblo con la sensación de alivio acariciándome el ser.

En mi utilitario, he abandonado la ciudad por la autovía experimenando el placer de jugar a vivir, junto a otros conductores que jugaban a entrar o salir de la ciudad, situándome en el adecuado lugar que ante el vidrio aparece y, al poco, una intensa emoción que siento al ver -ooh- una enorme anaranjada esfera ascendiendo tras un velo de nubes blancogrisácesas; he oído de súbito un claxon, un auto rebasando el mío llevaba a un conductor que agitaba la mano junto a la cabeza y me miraba con un gesto que me ha parecido hostil; he dado un volantazo y vuelto a mi carril.

Al llegar a casa, Tila me ha recibido con el entusiasmo propio de las personas caninas intimadas. He tenido la sensación de ser un rígido cuatro al salir del auto y he intentado acariciarla mientras corría y embestía en derredor. Ya cerca de la escalera, ella ha subido como una centella, esperando arriba, sonriente, agitando la cola en el rellano, volviendo a bajar y subir dos veces más, yo observándola con sonriente pasmo, desbordado por su emoción.

5 comentarios:

pensando con el corazon dijo...

tampoco he dormido mucho que digamos.. pero ver amanecer siempre levanta el ánimo, uno se siente parte del todo que le gusta y complace..

Que tengas un día estupendo

Sarsillo

Blanca dijo...

El amanecer es el mejor momento del día, cuando empieza a disiparse la penumbra de la noche y los objetos adquieren su dimensión, poco a poco...

Tomas tu cafecito mientras los árboles se vuelven verdes y los tejados de las casas muestran sus colores. Un avión sobrevuela el pueblo, sin sonido... y te apetecería estar en él, sin saber el destino, sobrevolando a los insomnes y deseándoles bondades.

Todo está en silencio, la casa donde duermen tus amores, el gallo aún no ha cantado y te arrebujas en la intención de no planificar el día... ya llegará su pauta sin que tu hagas nada... y vuelves a disfrutar del placer de estar viva y verlo cada día, en la penumbra del amanecer

Camilo dijo...

Hola, últimamente no escrio mucho. Me hubiera visto una de tus fotos junto al texto, pero me haré una idea de tu amanecer. Espero que el resto del día fuera igual de bueno.

adelle dijo...

Vamos en la 4° fuga, me pregunto ¿de que rincon de tí estas huyendo?
Son contradictorias tus fugas, esta vez parece que el amanecer te diera alas para huir y Tila te devolviera al punto de partida.
Así lo percibo.....

Blanca dijo...

Manolín, te he enviado un Meme de esos que te gustan a ti (creo), así que no seas vago y cuéntanos tu momento (otro más) adobado con alguna foto de las miles que tienes.

Un abrazo,