Acabo de cumplir cincuenta años y, la verdad, no siento nada especial. Esperaba que me llegase algo así como un arrebato de sensatez, o de madurez. Pero no. Sigo tan gelibollos como siempre.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Felicidades, Zalakaín... y que cumplas muuuuuchos másssssss...
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Felicidades, Zalakaín... y que cumplas muuuuuchos másssssss...
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