martes, 2 de diciembre de 2008

Los osetes, astronautas empedernidos

En la entrada que en Wikipedia refiere de estos animalitos, el autor -o autores- los denomina/n, además de tardígrados (obtenido de la denominación genérica en latín tardigrada), osos de agua. Como me parece una denominación inapropiada (los más grandes miden un milímetro), los he llamado osetes. Los osetes son bichos cuticulados, al modo de los langostinos o los escorpiones, resistentes al frío, al calor, a la humedad, a la sequía, al vacío, a lo que les echen.

Me han llamado la atención esta mañana, mientras hojeaba el Spektrum der Wissenschaft de este mes, donde viene una referencia a estos animalitos bajo el titulo "hartgesottene Raumfahrer". El titulo me ha obligado a buscar el sentido preciso de hartgesotten que, Google mediante, he encontrado equivalente a hard boiled. Sigo sin entender cabalmente el sentido de hartgesotten (no sé si es algo que se pone duro al cocerlo o algo que resiste duro a cualquier cocción), pero, por el contenido del textículo, resulta evidente que la palabra significa resistente, muy resistente.

Son muchas las características que hacen especiales a los osetes; una que me ha llamado la atención es la opcionalidad del sexo: se pueden reproducir con o sin él; ignoro si tienen sexo puramente recreativo.

Ni que decir tiene que, con semejante resistencia, las profecías de Al Gore los traen al pairo. A mí no, la verdad. Más que nada por este otoño tan nevado. En el improbable caso de que hagamos saltar todo esto de un pedo, siempre nos quedarán los Tierbaerchen para intentarlo de nuevo.

Seres tan bien dotados para la supervivencia se las saben todas. Cuando hacen la muda, no dejan la piel por ahí tirada, sin más, no: la llenan con los huevos, haciéndola servir de nido. Fantástico esto de la muda. En esta imagen gif animada colgada en Wikipedia se puede ver la muda de una chicharra.

La vida es un juego, aprendemos a base de jugar, el juego es nuestra manera de aprender. La forma más refinada de aprender jugando es la llamada investigación científica, de la cual se dice que es la manera de encontrar mejoras para nuestra calidad de vida. Un juguete que por esta vía alcanzo fama mundial fue el perro de Pavlov; también Laica, la perrita del Soyuz. Ahora es la hora de los osetes.

Un equipo sueco ha enviado al espacio a un grupo de osetes que resistieron criptobioticamente las inclemencias de la ingravidez, el frío y el vacío. Para algunos, empero, llegó la hora final al ser expuestos a radiaciones UV no filtradas. Los sobrevivientes acaban de volver al suelo patrio. Desconozco si han hecho declaraciones.

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